Rafaela, la hija de la actriz y diputada, Marisela Santibáñez, tendría hoy 22 años, pero en 2011 una leucemia le quitó la vida.
La pérdida marcó para siempre a la parlamentaria, quien gracias a su gran fortaleza ha sabido salir adelante, para convertirse en una de las legisladoras con mayor credibilidad en el país.
A 15 años de la muerte de su hija, Santibáñez se puso a disposición del tarotista, Pablo Canaliza, quien logró comunicarse con Rafaela.
"Dice que ella descansó porque lo estaba pasando muy mal y que no habría podido seguir con eso. Fueron 40 días que cambiaron la vida del mundo y de ella", le transmitió a la diputada.
Luego agregó que Rafaela "le agradece no solo a ustedes, sus padres, sino también a todo el personal que estaba ahí, que empatizaron mucho contigo".
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La diputada no tuvo piedad con la expareja de Jorge Valdivia, y la criticó duramente por su accionar de las últimas semanas.
"Ella dice que tú sabías que de esa salían, pero la forma en que ella (Rafaela) iba a quedar, era lo que tú no querías para enfrentar el resto de la vida", sumó a su relato.
"Señor ahumado"
Sobre su nueva pareja, con quien Marisela se casó el año pasado, Álvaro Ahumada, Rafaela comunicó a través del tarotista lo siguiente: "Le dice 'señor ahumado' y se ríe. Dice que le gusta porque te hace bien, te ve feliz, y que te tiene paciencia".
"Es mi marido. Por su apellido, porque es (Álvaro) Ahumada", explicó Marisela llena de emoción.
La muerte de Rafaela
El 29 de junio de 2011 Marisela Santibáñez despidió a su hija Rafaela, quien a los siete años, murió a 40 días de ser diagnosticada con leucemia.
La hija única de la actriz y locutora radial llegó el 20 de mayo de 2011 al Hospital San Juan de Dios con síntomas de resfrío y dolores abdominales. Tras ser sometida a algunos exámenes, se determinó su enfermedad y fue internada, para luego de enfrentar un tratamiento de quimioterapia en la unidad pediátrica del recinto hospitalario.
El hospital, a través de un comunicado de prensa, explicó que la niña "padecía una leucemia aguda. A raíz de sus bajas defensas con la terapia, la menor sufrió un shock séptico reflectivo, falleciendo".
Tras el deceso el cuerpo de la menor fue trasladado hasta la Iglesia Santa Gemita, en la comuna de Ñuñoa, donde volaron cientos de globos blancos.