• 31 JUL DE 2025

"Los huevos del Kike": el proyecto agrícola con el que Morandé se ganó Río Bueno

Kike Morandé |

Su negocio de gallinas libres ya produce hasta 2 mil huevos al día y le ha dado una nueva forma de vivir en el sur.

De los caballos a las gallinas: el cambio de rumbo de Kike Morandé

Hace un año, Kike Morandé decidió tomar un nuevo camino y dejar atrás su criadero de yeguas de raza inglesa, actividad que por años lo había acompañado. El alza en los costos y el aumento de la competencia lo llevaron a explorar otros rubros, hasta que apostó por el campo, esta vez con una inversión en frambuesas y gallinas ponedoras. Así nació su actual emprendimiento: "Los huevos del Kike", una marca de huevos de gallinas libres que cría en su parcela de Río Bueno.

Producción diaria y clientes locales

Morandé comenzó con una inversión inicial de 300 aves, pero el crecimiento fue rápido. Hoy ya cuenta con cerca de 3.700 gallinas y proyecta llegar a las 5.000. Su producción actual oscila entre los 1.700 y 2.000 huevos diarios, los que comercializa en negocios, pastelerías, restaurantes y pequeños supermercados de la zona. Según el animador, prefiere mantenerse alejado de las grandes cadenas de retail, ya que le acomoda más el trato directo con sus compradores y el pago en efectivo.

"Es una pega sacrificada, pero entretenida"


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En conversación con Las Últimas Noticias, Morandé reconoce que se trata de un negocio que, aunque entretenido, requiere esfuerzo: "El margen es bajo y hay que producir harto para que sea rentable", comentó. Aun así, dice disfrutar del proceso y se muestra entusiasmado por expandirse. Ha generado empleos en la zona y planea contratar más personal para fortalecer el crecimiento del proyecto.

Gallinas felices y con nombre propio

Uno de los aspectos clave para Morandé es el bienestar animal. Se preocupa de que las aves tengan buena alimentación, temperatura adecuada y algo de compañía: "Cada 300 gallinas van dos gallos. Eso es para que se entretengan un poco, que no sea puro trabajo, jajajá", afirmó. Incluso tiene gallinas regalonas con nombre propio. La más cercana se llama Pata: "Anda cojeando y no pone huevos. Pero se sube a las piernas de uno", contó. Otra, llamada Chica, es la primera en entrar al gallinero cada día.

Más que un negocio: una forma de vida

Para Kike Morandé, este emprendimiento va más allá de lo económico. "Parezco loco hablando de mis gallinas, pero te vas encariñando. Para mí esto no es trabajo, es entretención. Pasarlo bien. Y que me regalonee la Pata también, jajajá", concluyó, reflejando la conexión personal que ha desarrollado con esta nueva faceta de su vida.

Gabriela Paredes

Periodista amante de la escritura, la música y los gatos.
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