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Un complejo periodo ha atravesado en los últimos años Paulina Urrutia, quien en mayo de 2024 fue diagnosticada con cáncer de mama triple negativo, uno de los tipos más agresivos e invasivos.
Fue precisamente sobre esta experiencia, que comenzó poco después del fallecimiento de su esposo, Augusto Góngora, que la actriz conversó en una íntima entrevista con la Revista Ya.
De acuerdo con su relato, empezó a sospechar que algo no estaba bien durante la promoción de La Memoria Infinita, documental de Maite Alberdi que relata la historia del fallecido periodista.
"Augusto recién había fallecido y comencé con dolores intermitentes en los pechos. Pensé que podía ser consecuencia de la menopausia, ya que me había hecho exámenes. Nunca tomé hormonas porque los bochornos no me afectaban: siempre fui friolenta y de baja presión, para mí eran como una estufita. Pero en enero de 2024, el dolor se volvió constante en la mama izquierda", relató.
En ese contexto, recordó con humor: "Lo primero que pensé, aunque no tengo ningún talento para el stand up comedy, fue: ‘Me están echando de menos’. Y me acordé de Augusto".
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También compartió una conversación significativa con un amigo, quien le dijo que si tenía que atravesar una enfermedad, no podía ser una leve: "‘¡Tenías que tener una gran enfermedad, muy intensa, muy profunda! Porque tú te vives la vida así!’".
Posteriormente, recordó el momento en que le entregaron el diagnóstico: "Eran dos tumores, pero juntos se veían como una masa tumoral importante en la ecotomografía. Y, por lo tanto, chuta, ¡quimioterapia! La vida, de un año para otro, me cambió".
Tras ese primer diagnóstico, Paulina inició un exigente tratamiento contra el cáncer. Sin embargo, la respuesta inicial no fue favorable: la enfermedad progresó, aparecieron dos tumores nuevos en su mama izquierda y un ganglio del brazo también resultó comprometido.
"Ellos cumplieron con el protocolo basado en evidencia científica. Primero la quimioterapia para ver mi reacción, y a partir de eso decidir la operación. En la mayoría de los casos hay buenos resultados, pero en mi caso no fue así. ¿Eso significa que fui la peor? ¡No! No somos mayoría, pero hay más personas como yo, por eso el protocolo se mantiene", explicó.
Paulina también se refirió al impacto emocional del diagnóstico. "Lloré como una niña, encerrada y muerta de calor. Estaba pelada, hinchada, sin poder trabajar. Es más terrible aún siendo actriz, porque trabajas con tu cuerpo. A menos que fuera una película de zombies, ¿en qué iba a trabajar? Uno se siente absolutamente acabado. ¡Cómo no iba a llorar!", expresó.
En esa línea, agregó: "¡Frustración...! ¡Rabia, pena! Y me pasó algo increíble: mientras lloraba, mi miedo no era morir, sino que esto se supiera y apareciera en la portada de un diario con la peor foto de mi vida, y abajo un titular: ‘Paulina cada vez más cerca de la muerte’".
No obstante, la actriz también destacó aspectos positivos dentro de este difícil escenario. Aseguró que la enfermedad le ha dado un nuevo sentido del humor, que le permite reírse incluso de su condición médica.
"La exposición siempre ha sido mi mayor miedo y esta entrevista me aterra. Es un terror que tengo desde los 20 años. Les digo a mis amigos: los resultados de la quimio no son buenos, pero esto no se termina aquí. Me van a operar, me harán una mastectomía total y la reconstrucción mamaria inmediata, que es muy importante a nivel psicológico. Creo que ya lloré lo suficiente y estoy escribiendo sobre mi proceso", reflexionó.
El pasado 5 de marzo se sometió a una mastectomía total, pero la intervención no tuvo el resultado esperado: la biopsia posterior indicó que era necesaria una segunda operación para eliminar los restos de cáncer en su cuerpo.
Esa segunda intervención tuvo lugar en abril. Sin embargo, su lucha continúa. Actualmente lleva expansores en el pecho a la espera de un implante definitivo y, en paralelo, inició un tratamiento de quimioterapia oral que durará 12 meses.
"Nunca he tenido miedo, nunca lo tuve, te lo juro. Pero aprendí algo muy valioso: si hay una palabra que creo haber aprendido por primera vez, es ‘confiar’. (...) El cáncer me enseñó a confiar", afirmó.
