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La exmodelo se ha ganado el respeto de sus compañeros por su actitud protectora y su capacidad de mantenerse lejos de los conflictos.
Desde su ingreso a Mundos Opuestos 3, Marlen Olivari se ha convertido en una figura inesperada pero muy valorada dentro del encierro. Sin entrar en conflictos ni escándalos, la ex showoman ha optado por un perfil empático y maternal, ganándose el cariño y respeto de sus compañeros.
En las primeras semanas de competencia, su rol ha sido claro: es la "mamá" del grupo. Siempre preocupada por el bienestar de los demás, entregando contención emocional, consejos sinceros y un trato respetuoso, Marlen se ha consolidado como un punto de equilibrio en la convivencia, una rareza en un formato donde predominan las tensiones y estrategias.
Uno de los momentos más comentados ocurrió el 5 de junio, cuando recibió una videollamada sorpresa de su hijo Lorenzo, de 13 años. Visiblemente emocionada, Marlén rompió en llanto al ver y escuchar a su hijo decirle: "Te quiero mucho y te deseo mucha suerte". El emotivo instante no solo conmovió a ella, sino también al resto de los participantes, quienes la abrazaron y acompañaron en ese momento de alta carga emocional.
A pesar de su dulzura, Olivari también ha demostrado tener una postura clara frente a la competencia. "Esto no es un programa de beneficencia... si uno tiene que nominar, por mucho que haya llorado, hay que nominarlo y punto", expresó sin rodeos en uno de los consejos de grupo. Sin embargo, sus palabras fueron entendidas como una forma de sinceridad sin doble filo, lo que le ha permitido mantener distancia de las polémicas sin caer en confrontaciones directas.
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Actualmente en el equipo del "futuro", Marlen ha sabido combinar firmeza con humanidad. Su presencia transmite calma, genera confianza y suaviza la convivencia, lo que la posiciona como una de las favoritas tanto dentro como fuera de la casa-estudio.
