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La primera edición de la Arizona Grand Gala of Stars, que se realizará el próximo sábado 22 de marzo en el Orpheum Theater Phoenix marca un hito en la escena de la danza en Estados Unidos y tiene un sello inconfundiblemente chileno. La destacada bailarina y directora Paola Hartley y el empresario y director de danza Paul Seaquist han unido fuerzas para organizar un evento de primer nivel, que no sólo busca deslumbrar con talento internacional, sino también educar y fomentar el arte en una región con poca exposición a este tipo de espectáculos.
"El motivo por el cual creé The Hartley Dance Project fue precisamente para producir galas de alto nivel y celebrar la educación en danza", explica Paola, directora ejecutiva del proyecto e hija del afamado bailarín, coreógrafo y jurado del programa Rojo, Fama Contrafama, Edgardo Hartley. "Desde 2001 he trabajado con diversas academias en Arizona y sentía un deseo inmenso de reconocer y celebrar a todos los alumnos y sus profesores".
El evento, que contará con estrellas de la danza de renombre internacional y jóvenes talentos locales, es un esfuerzo conjunto de Hartley y Seaquist. La bailarina enfatiza que la experiencia de su socio en la organización de galas fue crucial para hacer realidad el proyecto. "Nada de esto podría haberse concretado sin la confianza de Paul en mi visión. Su experiencia como empresario de danza me motivó a decir: ‘¡Esto se puede lograr!’".
Para Seaquist, reconocido como uno de los principales empresarios de la danza, este evento es un desafío tanto profesional como personal. "Siempre estoy en la búsqueda de nuevos mercados donde instaurar la danza y la formación de bailarines. Arizona es un estado con poca exposición a este arte, por lo que inmediatamente me interesó la posibilidad de desarrollarlo aquí", afirma.
Educación, experiencia, nuevos talentos... ¡Y Chile!
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Uno de los principales desafíos fue integrar a jóvenes bailarines locales junto a estrellas internacionales, una apuesta que ha rendido frutos. "Estos chicos de distintas academias se han reunido para bailar juntos en una obra dentro de la gala, formando amistades y compartiendo escenario con sus ídolos", explica Hartley. "Es como si un grupo de jóvenes cantara en el mismo escenario con Paul McCartney y Adele".
Pero más allá de la experiencia, el objetivo central es la educación. "Queremos mostrar que Arizona tiene talento y que las nuevas generaciones pueden convertirse en estrellas", enfatiza la bailarina. "El arte y la cultura son fundamentales en todo lugar, y queremos motivar a la gente a que participe de este tipo de eventos", comenta.
Seaquist refuerza esta idea destacando el concepto de "audience awareness", que implica educar al público a través de la exposición al arte. "Buscamos crear una necesidad donde antes no existía. Esa necesidad eventualmente se convierte en más y mejores espectáculos, generando recursos y empleo en la industria de la danza".
La colaboración con estrellas internacionales como Daniil Simkin (Rusia), Iana Salenko (Ucrania), Joseph Gordon (EE.UU.), Indiana Woodward (Francia) y Joaquín de Luz (España), entre otros, también es clave para el impacto de la gala. "Ellos aportan a este evento lo mismo que Messi, Mbappé o Ronaldo a un partido de fútbol", comenta Seaquist, quien agrega que "el público va a presenciar el mejor repertorio interpretado por los mejores bailarines del mundo, algo que no se da todos los días".
El impacto de esta iniciativa también podría trascender fronteras. Consultados sobre la posibilidad de replicar esta experiencia en Chile, ambos coinciden en que es un sueño posible. "Queremos que en el futuro nuestro país también tenga una plataforma como esta para celebrar su talento local y acercar el arte de la danza a más personas", asegura Hartley.
"Si nosotros, como productores y empresarios del rubro, creemos en este proyecto, ¿por qué no podría hacerlo el público? El arte debe ser una necesidad, y eventos como este contribuyen a cultivarla" reflexiona Seaquist. Con un equipo apasionado y una visión clara, la Arizona Grand Gala of Stars promete ser sólo el comienzo de una revolución cultural que quiere extenderse hasta tierras chilenas.
