"Chile es un país con mala raza, los chilenos son feos". La frase pertenece a Carla Ballero, y en apenas unas horas convirtió a la panelista de "Sígueme" de TV+ en tendencia en redes sociales, donde recibió todo tipo de ataques, incluso amenazas de muerte.
Ante el alcance de sus palabras, a la ex "Morandé con Compañía" no le quedó otro camino que salir a ofrecer disculpas, asegurando que "nunca pensé ningunear al país y lo que dije fue una estupidez".
Carla ya decidió dar vuelta la página, pero justo antes de lo ocurrido, la opinóloga otorgó una entrevista a La Cuarta, donde conversó en profundidad sobre los difíciles momentos de su vida, partiendo por los distintos ataques que incluso sufrió cuando niña por, precisamente, si apariencia física.
"Me han amenazado de muerte hasta mis hijos": Carla Ballero alertó que su vida corre peligro tras polémicas declaraciones
La modelo comparó su caso con lo que está viviendo Maite Orsini.
"Soy de este color de piel (bien bronceado), nací así; pero en esa época me decían 'negra'. Y tenía problemas a la vista, graves, astigmatismo y miopía, usaba lentes poto de botella Era negra, peluda y con anteojos. Entonces, como método, siempre trataba de buscar a la niña más bonita del curso y me hacía mejor amiga. Así accedía a los hombres, desde chica", contó Ballero.
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Luego agrega que "juntándome con niñas bonitas podía jugar al 'semáforo' o la 'pieza oscura', que nunca me elegían a mí. Era triste. Crecí con una personalidad tratando de encajar, pero fuerte, porque en esa época no decían que le hacían 'bullying'; uno sufría medio pa’ callada. No era tema".
Sus adicciones
Dejando atrás sus conflictos de infancia, y luego de su irrupción en televisión a comienzos de los 2000, Carla Ballero incurrió en una serie de excesos que la hicieron tocar fondo, pero que afortunadamente hoy dejó atrás.
"Mi problema no era el alcohol ni los jales ni las adicciones. Mi problema era mi locura, que había que solucionarla. Entonces yo tomaba 30 Ravotril, dos botellas, sin límites, me daba exactamente lo mismo lo que fuera, la hueá era desaparecer, y eso es un tema que no tiene nada que ver con uno que se encierra en el baño a jalar, o una mina que está todo el día chupando. Nunca fue mi problema. Hoy vivo súper normal, casi no tomo, pero porque no lo necesito. Antes era evadir", comentó en La Cuarta.
Sobre la superación al problema, la comunicadora agregó que "conozco personas ultra cercanas que de un día a otro dejaron en la droga y nunca más, que habían jalado toda su vida, todos los días, por 40 años, y de un día, no se internaron ni le pasó nada: fue una decisión. Creo que están muy sobrevaloradas muchas cosas, las terapias y la cuestión; depende de uno: ¿Yo quiero? ¿Cómo te va a ganar esta huevada? ¿Cómo va a haber algo que sea más poderoso? Es porque tenía una adicción o una enfermedad. Si ya estás bien, no necesitas algo que te suba y después te baje... ¿Qué es eso? Andar buscando estar arriba y después irse al fondo, y quedar igual. No tiene sentido. Estoy muy orgullosa de quién soy, y amo cómo soy ahora. No quiero estar en otro estado".