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El próximo jueves 5 de diciembre llega a las salas alternativas y comerciales de Chile la esperada película "Animalia Paradoxa", dirigida por el aclamado cineasta Niles Atallah.
Esta obra, que fusiona la ficción, lo experimental y la animación, desafía las convenciones narrativas del cine tradicional, sumergiendo al espectador en un apocalipsis sensorial y visual que ha fascinado a críticos y audiencias por igual, desde su estreno europeo en el prestigioso festival de cine de Rotterdam y norteamericano en el Fantasia Fest 2024.
"Animalia Paradoxa" nos transporta a un mundo postapocalíptico devastado, donde su protagonista, Animalia (interpretada por Andrea Gómez), una extraña criatura humanoide, lucha por sobrevivir en un entorno donde el agua es un recurso casi inexistente. A través de una atmósfera cargada de misterio y poesía visual, la película invita a los espectadores a sumergirse en una historia sin respuestas definitivas, evocando la elusividad de los cuentos de hadas. Inspirada en la narrativa de "La Sirenita" de Hans Christian Andersen, la cinta aborda temas profundos como el consumismo, la destrucción ambiental y la resiliencia humana.
Humanidad y metamorfosis
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En conversación con La Hora, el director Niles Atallah cuenta que, pese al contexto en que transcurre la película, está realizada desde una mirada esperanzadora. "No es una película negativa o pesimista, no hay un juicio moral sobre esta fantasía. Estamos en un mundo en que hay un balance extraño entre tanto horror y crueldad, pero también, entre tanta belleza; eso intenté conjugar", manifiesta, haciendo énfasis en que hay una metamorfosis que se da en la trama y que esto es alentador.
Asimismo, el cineasta explica que esta película nace desde una mirada política, ya que fue grabada luego del estallido social de 2019 y filmada en el Centro Arte Alameda, cuando este se encontraba destruído y quemado a causa de la represión policial. Además, el film dialoga con lo que sucede actualmente en Gaza, lo que moviliza e inspira a Atallah, quien tiene ascendencia palestina y familia en ese lugar.
"Animalia Paradoxa" se sitúa en un escenario postapocalíptico. En este sentido, el realizador comenta que para él, el apocalipsis "no es algo que viene a futuro, ya sucedió". "Estamos en un post apocalípsis, sólo que no lo reconocemos. No es como nos imaginamos que sería, con un colapso total", expresa.
Asimismo, Niles Atallah indica que la película "no está hablando del mundo exterior, necesariamente, sino de un estado espiritual y de nuestros imaginarios, como una especie de vista hacia un paisaje interior".
Animalia, el personaje principal de la obra, logra que el espectador se ponga en su piel y pueda sentir sus emociones como si fueran propias. Al respecto, el cineasta afirma que las personas no necesariamente empatizan sólo con rostros humanos y que incluso lo pueden hacer con este ser humanoide o hasta con un objeto. Ahí radica la magia de la animación, área en que también se desarrolla Atallah y que forma parte de la película. "Eso también habla de la esperanza que yo siento por los seres humanos. Nuestra tendencia es empatizar si están las condiciones dadas. Tendemos a buscar puentes", afirma.
Desde esa mirada optimista y que destaca el lado más humano, Niles Atallah manifiesta que en su película hay "una ecología particular interna" en la que queda en evidencia la "colaboración entre seres". "Tiene una estructura muy parecida a los cuentos de hadas y a los mitos y leyendas, tiene un aspecto ceremonial y ritualístico, donde las cosas tienen su orden interno", dice el artista, destacando la reciprocidad entre personajes.
"Animalia Paradoxa" es una película para frenar la máquina del día a día y reflexionar sobre el lugar en que estamos y hacia dónde estamos yendo, tanto a nivel personal, como colectivo. En este sentido, es apta para toda persona que quiera comulgar con esta experiencia cinematográfica, cercana al cine poesía y alejada de la lógica más industrial.
"La película está proponiendo un cambio en nuestro imaginario, que es el rol del arte. Debería ayudarnos a pensar en qué creemos que es lo que está bien y que estamos viviendo en sociedades violentas y hostiles", concluye Niles Atallah.
