• 03 DIC DE 2024

Sorry, no tengo filtro | "Quítenme el teléfono"

Daniela Aránguiz | @capitandibujo

Debería estar absolutamente prohibido usar el teléfono cuando estamos pasaditas de copas, porque ahí es cuando escribimos lo que sentimos sobrias, pero no nos atrevemos a decir. Lo peor, chiquillas, es que al día siguiente viene el arrepentimiento y ahí es cuando uno dice "¿por qué nadie me quitó el teléfono?"

Hoy quiero contar los últimos acontecimientos de mi vida amorosa, y para no mentirles, no va muy bien la cosa. En el último tiempo no he salido mucho, entonces entenderán que con una copita me entra agua al bote al tiro, y esto se los quiero contar para que ustedes no cometan este error, porque para decirles la verdad lo que siento ahora se llama con todas sus letras VERGÜENZA, pero bueno, dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.

Hace unos días salí con unos amigos, me arreglé esa noche pensando que lo iba a ver a él, pero como es una persona que trabaja excesivamente, siempre está su trabajo por encima de todo, así que finalmente no fue a la fiesta. No les puedo negar que lo pasé bien, porque estaban todos mis amigos, pero me faltaba esa chispa que nos gusta a todas, la del coqueteo.

No sé si a ustedes también les pasa, pero cuando salgo por más que pueda mirar, a mí nunca me gusta nadie, y todas sabemos que cuando nos empieza a pasar eso y solo queremos estar con ESA persona, es porque estamos entrando en una zona peligrosa.

Después de una noche con mis amigas y una pluma en la cabeza, llegué a mi casa alrededor de la 1:30 a.m. y no tuve a mi amiga confiable, esa que nos quita el celular para no mandarse un condoro. Ahí es cuando se me prendió la ampolleta romántica y ¡adivinen qué! Se me ocurre escribir una larga, larga muy larga diría yo, carta de amor a este hombre. ¡NOOOO chiquillas! Solo les diré que empieza con un "nada es lo mismo sin ti" y finaliza con un "me pierdo en ti".


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Cuando me desperté al día siguiente no quería ni abrir los ojos de la vergüenza, el primer pensamiento que vino a mi mente después de la caña moral que tenía, es lo que había enviado la noche anterior. Entro a WhatsApp rogando que todo ese poema de amor no se haya enviado, pero no, ya era muy tarde, el mensaje no solo lo había enviado, sino que también ya lo había leído el hombre en cuestión. Esto no quiere decir que lo había escrito era falso, por lo contrario, creo que fui demasiado sincera y hablé desde lo más profundo de mi corazón, pero siempre existe ese miedo de no ser correspondida y que todos tus sentimientos queden así de expuestos.  

Les confieso que nunca me había sentido atraída hacia un amigo, porque a ellos los veo como hermanos y a veces pienso que es mejor dejar esto solo una amistad, como ha sido hasta ahora, que echar a perder las cosas con una relación que tarde o temprano tienen su final. Pero para decirles la verdad, y que quede solo entre nosotras, con él me siento especial y yo creo que eso es lo que nos gusta a todas las mujeres, estar con una persona que nos suma y que nos haga reír.