• 09 MAY DE 2025

Segunda jornada en el Movistar: dos versiones de Luis Miguel en una noche

Luis Miguel |

Después del break entraron unos mariachis a rellenar y el "Sol de México" fue otro.

Resulta inverosímil ver a un Luis Miguel sin sus tonos altos, arriba de un escenario, muy delgado y alicaído en cuerpo y alma. Obvio, por fuerza mayor. 

Más allá de lo indiscutido que es individualizar al Sol de México como uno de los mejores cantantes del mundo, lo del martes tiene dos caras de la moneda en un mismo show.


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Primera mitad. 21.03 en el Movistar. Se abre el espectáculo. El azteca aparece en el escenario -con un dron personalizado que lo siguió toda la noche- y comenzó a cantar.

Éxitos como Será que No Me Amas, Amor o Suave, fueron la tónica de la jornada, que era como un partido de fútbol jugado. Y fácil. Sin embargo, el hombre de Palabra de Honor no podía llegar a las notas altas, hizo cantar al público en todo momento, con el fin de evitar desentonar en los difíciles registros y con un disminuido movimiento corporal. 

 

Luis Miguel y Kenita Larraín
Luis Miguel se hospeda en la misma habitación dónde conoció a Kenita Larraín

El Ritz fue el centro de encuentro entre el "sol de México" y María Eugenia, quién conoció entre esas paredes al amor de su juventud.

 

Garganta

Pese a ello, el ánimo de los asistentes al recinto del Parque O'Higgins estaba imperturbable ante el éxtasis de uno de los artistas más esperados del año.

No importa que haya estado enfermo, menos que venía de 10 shows en Argentina afectado de la garganta y peor, con una visita médica a una clínica del sector oriente a horas de su debut en Chile.

El hombre no podía con su garganta e igual se paró frente a los 15 mil espectadores, que lo vitoreaban con brazaletes de colores y que parpadeaban al son de la música.

Sin embargo....

 

 

Algo le hicieron

Segunda mitad. Comienzan a aparecer unos mariachis en las tablas y Luis Miguel desaparece. Por al menos siete minutos, el grupo de músicos rellenó sin voz, pero con muchos éxitos mexicanos premunidos de sólo cuerdas y vientos. 

En ese lapso, algo pasó. El cantante regresó. Y apareció con otro carisma, con una distinta impronta, vivo y despeinado. Como Luis Miguel: dejó atrás la chaqueta ajustada y se mostró sólo en camisa. Suelto.

Y claro, la medicina ayuda mucho. Algo le hicieron. Su voz se lució más, comenzó con sus bailes más típicos que generaron las constantes gritaderas.

Como si hubiese vuelto el Luis Miguel original, el de Viña. Pero no, mejoró de un cero al 70. Igual es respetable. Trató de no toser y no podía aguantar. Lo hizo al menos 10 veces. 

Al cierre del show, la voz del astro daba lo mismo. Porque todos cantaban. Y fue fácil con esa parte final de un set lists de 50 temas. La Chica del Bikini azul, Isabel y Cuando Calienta el Sol.

Hoy sería mejor. La medicina sirve. Esperemos