• 23 MAY DE 2025

Elisa Araya y la defensa de las pedagogías: "Recuperamos la voz de la universidad pública en el debate de la educación docente"

Elisa Araya Cortez | Redes sociales

La rectora de la UMCE ha convertido a su universidad en líder nacional en formación docente y referente en el debate parlamentario sobre el futuro de la pedagogía.

Bajo el liderazgo de la rectora Elisa Araya, la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) ha vuelto a ser la principal universidad pedagógica de Chile, recuperando una tradición histórica de excelencia académica que le ha dado al país cientos de profesionales destacados y numerosos premios nacionales en diversas disciplinas.

En los últimos años, la UMCE logró avanzar en su acreditación institucional pasando de un nivel básico a uno avanzado, lo que refleja una mejora significativa en la calidad de sus procesos académicos, administrativos y de vinculación con el medio.

"Esta mejora ha permitido fortalecer nuestro rol como institución estatal, formadora de docentes y comprometida con las necesidades sociales del país", señala Elisa Araya.

"El cambio fue posible gracias al trabajo conjunto de toda la comunidad universitaria. Revisamos nuestra forma de hacer docencia, investigación y gestión, y eso implicó cambiar la manera de trabajar", remarca la rectora. A este avance se suma lo que considera uno de los aspectos más relevantes de su mandato: recuperar la voz pública de la UMCE como referente en educación y formación docente.

"Como UMCE tenemos la responsabilidad académica de formar a las y los mejores profesores de Chile, pero también tenemos el deber público de ser un referente nacional para el desarrollo de la educación, sobre todo en materias tan sensibles como la carrera docente y el acceso de estudiantes a las pedagogías, con una mirada realista del presente y del futuro", enfatiza la rectora Araya.


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En este marco, la rectora Araya ha sobresalido por la defensa de las carreras de pedagogía en el actual debate legislativo sobre las condiciones de acceso de estudiantes a estas disciplinas, en un momento de crisis en la oferta de profesores en Chile que enfrenta un grave déficit nacional de docentes.

"Las cifras nos enfrentan a una realidad crítica. Se proyecta un déficit de más de 33 mil docentes hacia el año 2030, y actualmente cerca de 40 mil profesionales sin formación pedagógica ejercen funciones docentes. Además, se estima que los profesores jóvenes abandonan el sistema en promedio después de solo cinco años de ejercicio profesional. Todo esto en un contexto donde las condiciones de enseñanza son cada vez más exigentes, complejas y emocionalmente demandantes", advierte Araya.

"Este no es un problema coyuntural, sino estructural. Por lo tanto, requiere una respuesta sistémica. Debemos detenernos, revisar el diagnóstico y construir un sistema de ingreso a las pedagogías más flexible, técnico y ajustado a la realidad territorial del país. No se trata de rebajar estándares, como algunos han sugerido, sino de adaptar el sistema a una realidad que ha cambiado profundamente desde que se establecieron los requisitos actuales en 2016", acota la rectora.

En cuanto al impacto de la inteligencia artificial en la educación, Araya plantea una mirada crítica y constructiva. Si bien reconoce su utilidad para procesar grandes volúmenes de datos y apoyar tareas cognitivas, alerta sobre el riesgo de delegar capacidades humanas esenciales. "La inteligencia artificial nunca debe reemplazar nuestra creatividad ni nuestro juicio crítico. Es una herramienta, no un sustituto del pensamiento", afirma, y llama a una alfabetización digital que permita usar estas tecnologías de forma ética y estratégica.

Uno de los puntos críticos que enfrentan todas las universidades estatales, según Araya, es el financiamiento. "Jugamos en una cancha desigual. Debemos competir por recursos como cualquier institución, pero con una regulación mucho más estricta: acreditación, transparencia, control de la Contraloría. Todo eso exige una gestión muy cuidadosa", explica. A pesar de ello, enfatiza el valor que tienen estas casas de estudio por su cercanía con los territorios y su vocación de servicio público: "Las universidades estatales están profundamente conectadas con sus regiones, y en muchas de ellas son las mejores instituciones disponibles".

Respecto al panorama nacional, Araya valora la expansión de la educación superior en las últimas décadas, destacando la capacidad del sistema para atraer a más de un millón de estudiantes. No obstante, advierte que aún existen desafíos importantes en calidad, pertinencia e innovación. "Hemos avanzado en adaptar nuestra oferta a los nuevos perfiles estudiantiles, pero falta profundizar en tecnología, creación e investigación", sostiene.

En cuanto a su oferta académica, la UMCE mantiene carreras pedagógicas de alta demanda, como Educación Diferencial, de la cual fue pionera en Chile, Pedagogía en Castellano, Inglés, Educación Física e Historia y Geografía. También ha expandido su horizonte con carreras no pedagógicas vinculadas al área del Bienestar Humano, como Kinesiología y Psicología, orientadas a formar profesionales con una fuerte vocación territorial. "El sello UMCE está en formar profesionales que resuelven problemas, que son proactivos y profundamente comprometidos con las comunidades", subraya la rectora.

En materia de inclusión y equidad, Elisa Araya remarca que la UMCE no ha claudicado en su compromiso con una formación docente ligada a las realidades sociales y territoriales. "Nuestra formación pone el foco en la práctica desde muy temprano. El contacto directo con escuelas, jardines, liceos y otros espacios formativos permite que los futuros docentes comprendan el oficio desde la experiencia real", sostiene. Además, destaca el acompañamiento que brindan a estudiantes que enfrentan barreras como largas distancias, responsabilidades familiares o situaciones socioeconómicas adversas.

Mirando hacia el futuro, la UMCE tiene planes concretos: consolidar sus nuevas carreras en especialidades que colaboran estrechamente con la labor educativa y fortalecer la investigación mediante la recién creada Vicerrectoría del área, un comité de ética y la pronta apertura de una oficina de transferencia y licenciamiento. Esta última permitirá proyectar la innovación y el conocimiento generado por la universidad hacia el sistema educativo nacional.

"Formamos profesionales capaces de enseñar, sí, pero también de transformar su entorno con conciencia social, empatía y compromiso. Ese es y seguirá siendo el sello UMCE", concluye la rectora.

Gabriela Paredes

Periodista amante de la escritura, la música y los gatos.
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