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Arturo Vidal, Emiliano Amor y Esteban Pavez bajaron a compartir con la fanaticada que viajó al norte de Brasil, con prohibición de acceso.
El plantel de Colo Colo aterrizó en Fortaleza la noche del domingo, en la antesala de su crucial duelo por Copa Libertadores frente al conjunto local. Tras despegar en vuelo chárter desde Santiago a las 14:00 horas, el equipo arribó cerca de las 22:45 (hora local) al Hotel Gran Marquise, un lujoso alojamiento ubicado en la exclusiva Avenida Beira Mar, frente a la playa de Mucuripe.
A pesar de las restricciones impuestas por la Conmebol —que prohíben el ingreso oficial de hinchas visitantes debido a los trágicos incidentes ocurridos en Santiago, donde dos niños perdieron la vida en medio de la represión policial—, más de un centenar de seguidores albos se congregaron en la entrada del hotel para alentar a sus ídolos. Durante la espera, los hinchas incluso organizaron un improvisado partido de fútbol con simpatizantes locales de Fortaleza, en una muestra de camaradería.
Al llegar el bus del equipo, los más requeridos fueron Arturo Vidal, Emiliano Amor y Esteban Pavez, quienes descendieron del vehículo para compartir con la fanaticada, firmar autógrafos y tomarse fotografías. Aunque el ambiente fue mayoritariamente festivo, algunos hinchas aprovecharon de lanzar críticas y exigir más compromiso al equipo en la cancha, especialmente por los últimos resultados.
Para este lunes, se espera un "hotelazo", una manifestación de apoyo que incluiría cánticos, banderas y eventualmente pirotecnia, como ya es costumbre entre los seguidores del "Cacique".
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La presencia masiva de hinchas ha generado preocupación en las autoridades locales, que este lunes se declararon en alerta y coordinaron medidas adicionales de seguridad. En un comunicado oficial, el club Fortaleza reiteró que no entregará entradas para la visita, pese a que muchos hinchas albos ya adquirieron sus boletos por vías alternativas.
Una dificultad extra que enfrentan los seguidores del cuadro chileno es la plataforma de la ticketera local, que ha presentado constantes problemas técnicos para completar el proceso de reconocimiento facial, requisito obligatorio para ingresar al estadio Arena Castelão. Esto ha generado incertidumbre entre los hinchas, que temen no poder concretar su ingreso pese a contar con entradas válidas.
