Este martes, a partir de las 18:00 horas, La Roja se juega una final. Chile necesita vencer a Bolivia para remontar en la la tabla de posiciones de las Eliminatorias y mantener las chances de ir al Mundial 2026.
En ese sentido, el conjunto dirigido ahora por Ricardo Gareca ocupa el penúltimo lugar y, matemáticamente, sigue con posibilidades de estar en la Copa del Mundo. Sin embargo, las carencias de funcionamiento resultan evidentes.
En la previa del duelo de esta tarde en el Estadio Nacional, Gareca probó con un mediocampo inédito con Erick Pulgar, Vicente Pizarro y Carlos Palacios, y conservando su apego irrestricto al sistema de juego 1-4-2-3-1.
No obstante, en las últimas horas el ''Tigre'' sorprendió con nuevos nombres y, en lo más llamativo, con un inesperado cambio de esquema posicional.
Todo indica que Gareca presentará una formación con una organización 1-4-3-1-2. En la línea defensiva, la única variante sería el ingreso de Gabriel Suazo, pero desde el mediocampo hacia adelante la innovación sería importante.
El DT ensayó con Pulgar de ‘6′, con Darío Osorio y Víctor Dávila como volante mixtos y Palacios por delante del trío en el rol de enlace. En la delantera, probó con Eduardo Vargas y Ben Brereton.