Este miércoles el histórico ex arquero de Colo Colo, Marcelo "Rambo" Ramírez, estrenó la segunda parte de su programa "Legado", y su primer entrevistado fue el ex meta de Universidad de Chile, Johnny Herrera.
En lo emitido de la conversación, el azul repasó sus inicios primeros pasos en el fútbol en su natal Angol, y lo que significó su llegada a Santiago con apenas 12 años para sumarse a las divisiones inferiores de la U.
Luego, avanzando en su carrera, el "Rambo" le consultó sobre el complejo momento el "Samurái" vivió en 2009 cuando era arquero de Audax Italiano.
La noche del 22 de diciembre de ese año, Herrera protagonizó un trágico accidente luego de atropellar a la joven Macarana Cassasus, mientras conducía bajo los efectos del alcohol. Dos vasos de vodka habría tomado el futbolista justo antes de sentarse frente al volante.
Finalmente, se determinó culpabilidades compartidas entre Johnny y la fallecida, considerando que ella cruzó en Américo Vespucio con Echeñique en un punto no permitido.
Ataques en los estadios
Fue así como el cántico de "¡Herrera, concha tu madre, asesino, aprende a manejar!", se multiplicó por las canchas del fútbol chileno.
"Te tocó un episodio difícil en medio de tu carrera, con un accidente, una persona que falleció. ¿Cómo saliste de ese momento tan duro, tan difícil, donde quizás te sentiste muy criticado?", lanzó el "Rambo" Ramírez.
"Es parte de los avatares que te pone Dios, po. Obviamente que lo pasé muy mal, es una de las penas más grandes después de que haya fallecido mi hermano (Marlon Alejandro). Yo perdí a mi hermano cuando él tenía veinticuatro años, yo tenía once o doce años y era como mi papá, entonces pa’ mí ésa ha sido la pena más grande que he tenido en mi vida", respondió Herrera.
Luego agregó que "después, el accidente era otra pena también tremenda. Yo le preguntaba a Dios por qué me había tocado a mí, ¿cachái?. Ahí vinieron varios consejos. Estaba mi mamá, que gracias a Dios fue el sostén que me logró sostener en pie. Me acuerdo que cuando me la encuentro, lloré con ella abrazados, ya desconsolado mal..., y tú seguís pensando que es una pesadilla, pero mi mamá me decía: dale pa’delante nomás que Dios aprieta pero no ahorca. Mi mamá tenía esa frase que me decía muchas veces cuando me pasaban cosas".