El lado B del Superclásico en el Santa Laura: un empate marcado por un partido fuera de la cancha

El bochorno de Pizarro y Thompson, sumado a una batalla en el codo norte entre hinchas de Los de Abajo fueron la tónica del Superclásico en el Santa Laura.

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Lo de hoy fue un espectáculo con un tinte especial. Las irresponsabilidades de Damián Pizarro y Jordhy Thompson, que los llevaron a no jugar el Superclásico en el Estadio Santa Laura por la indisciplina ya conocida, fueron protagonistas y mofas por parte de los hinchas de la U.

Mientras Óscar Opazo entrenaba junto a la banca de Colo Colo, en el codo sur del recinto deportivo, recibía proyectiles e insultos, a lo que el "Torta" respondía con risas burlescas y gestos despectivos a la hinchada del bulla. Peor fue mientras entrenaba Fernando De Paul, a quién le gritaron "traicionero" durante todo el encuentro.

Durante la primera fracción del duelo, fue una constante el ataque de Colo Colo con al menos tres opciones de gol iniciando el cotejo. No obstante, al minuto 26 un inspirado Leandro Benegas abrió el marcador para el club albo.

El Santa Laura quedó mudo por solo 60 segundos, porque a los 27 minutos fue el propio Ignacio Tapia tras una virtuosa jugada azul en el área rival quien mercó el empate. Y así se cerró el primer tiempo: 1 a 1, pero con un constante ataque del Cacique.

Al segundo tiempo, la tónica cambió. El partido se tornó parejo. Ambos cuadros se mostraron fuertes en la delantera. No obstante, la jugada más clara para una anotación la tuvo Federico Mates al minuto 48. Solo frente a los tres palos falló un cabezazo en medio del achique de Bryan Cortés.

Chispas y peleas...

Faltando 35 minutos para el final, comenzó a caer una tenue garuga en el reducto de Independencia. Paralelamente en la cancha, apareció Carlos Palacios con un agresivo patadón a Nery Domínguez. Claro, en primera instancia se vio una falta grave que le costó la tarjeta roja.

Hablamos del minuto 61’ cuando el mismo árbitro Felipe González decidió recurrir al VAR para retroceder en la expulsión y cambiarla por tarjeta amarilla. Palacios seguiría en el encuentro clasiquero.

Después de ello, el protagonismo se lo llevó el codo norte del Santa Laura. Al menos unos 50 hinchas de Los de Abajo se enfrentaron entre bandos rivales por al menos 10 minutos. Con las mismas banderas rojas que regaló la institución azul y en medio de combos y patadas se desarrolló una batalla campal que duró al menos 15 minutos. Otros barristas tuvieron que intervenir para frenar el fuerte conato.

El último cuarto del partido se transformó en una fomedad absoluta. Muchos cambios, un par de encontrones en la cancha y un público decepcionado por la lentitud del equipo del Bulla y enardecidos por el tiempo que hizo Cortés, como mordiendo con satisfacción un empate.

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Lo que sí, más allá del resultado, en el pasillo de los palcos de la dirigencia azul y de los albos el tema de Jordy Thompson y Damián Pizarro fueron el comidillo. Al gerente deportivo albo, Daniel Morón se le vio encogido de hombros por el tema y pensaba en el resultado del encuentro de hoy. No tocó el tema con nadie. Pero los azules se hicieron un festín a la romana con la bochornosa situación que dejó a dos piezas claves del plantel del Monumental marginados del partido de fútbol más importante del país. Una vergüenza para el balompié nacional.