Juan Cristóbal Guarello escribió una columna de opinión en La Tercera titulada “La banda tributo”, en la que compartió una serie de reflexiones sobre la Roja y la “generación dorada” tras ver la última entrevista de Martín Lasarte en ESPN.
“Pese a lo mullida y acogedora que iba a ser la entrevista, de todas maneras terminó revelando cosas preocupantes donde al fin, desde una primera fuente, se confirmó lo que en la cancha era evidente”, comenzó escribiendo el periodista deportivo.
“Primero, que Ben Brereton no cayó bien al grupo cuando llegó. Aclaro, cuando hablo de ‘grupo’ me refiero estrictamente a los integrantes de la ‘generación dorada’ ¿Y por qué la hostilidad contra un jugador profesional, serio, bien dispuesto y rendidor? Por eso mismo, por ser profesional, serio, bien dispuesto y rendidor”, explicó, agregando que “sus compañeros no le daban pases en la cancha pese a que Brereton la pedía o picaba marcando la jugada. Un cortocircuito propio de un equipo de liga amateur o de un curso de octavo básico que le hace bullying al compañero nuevo”.
“Tanto que se cacareó el ‘recambio’ y cuando apareció uno que se ganó la camiseta a punta de rendimiento, los ‘dorados’ se amurraron y prefirieron resentir el funcionamiento del equipo antes que perder protagonismo. Insólito”, complementó.
San Carlos
También se refirió a la localía de la Roja. “Hubo otra cosa en las atenuadas y calmas palabras de Lasarte que pasó inadvertida y que es de la mayor gravedad. Chile jugó de local en San Carlos de Apoquindo no por la ‘cercanía del público’ o por algún otro factor ambiental o técnico, fue por una banalidad irritante: el estadio tenía ‘mayores comodidades para los familiares de los jugadores’. Esto es, había estacionamiento para ellos, lo que no ocurría en el Monumental”, aseveró.
“Este vicio de la llamada ‘generación dorada’ de estar permanentemente autoalabándose, exigiendo reconocimiento en todo momento e incondicionalidad acrítica por logros obtenidos hace seis o siete años, transformó a la Selección en una banda tributo de sí misma, más preocupada de que su lugar y su historia fuera glorificado que de ganar el siguiente partido. Por eso le fue como le fue en la eliminatoria y no habrá renovación ni cambio, mientras no se corte el ‘mantra dorado’, concluyó.