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El principal autor del triple crimen en La Reina acusa inocencia pese a contundentes evidencias.
Este miércoles, el brigadier en retiro José Zara Holger fue nuevamente detenido en su domicilio en la comuna de Las Condes.
Dicha detención se registra apenas dos días después de ser liberado tras cumplir una condena de 15 años por el asesinato del general Carlos Prats y su esposa.
Sin embargo, la nueva orden judicial se relaciona con el atentado que en 1976 le costó la vida al exministro del gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier, y a su asistente estadounidense, Ronni Karpen Moffitt, en Washington D.C.
Polémica salida
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Su salida de Punta Peuco había generado críticas en organizaciones de derechos humanos, que consideraban que aún quedaban causas pendientes por violaciones a los derechos fundamentales en el contexto de la dictadura encabezada por Augusto Pinochet.
La reciente aprehensión fue ejecutada por la Policía de Investigaciones (PDI), en virtud de una resolución de la Corte de Apelaciones de Santiago.En tanto, la medida apunta a la responsabilidad de José Zara en el homicidio calificado de Moffitt, joven de 25 años que trabajaba como asistente de Letelier y que falleció junto a él tras la explosión de una bomba instalada en el vehículo en el que se trasladaban por la capital estadounidense, el 21 de septiembre de 1976. Acto que igualmente fue orquestado por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
De esta manera, José Zara Holger fue trasladado a disposición de la Corte de Apelaciones de Santiago, donde se espera que se determine su situación procesal.
Atentado contra Orlando Letelier
El asesinato de Orlando Letelier y Ronni Moffitt no fue un hecho aislado: formó parte de la llamada Operación Cóndor, una coordinación represiva entre varias dictaduras sudamericanas destinada a eliminar a opositores políticos fuera de sus fronteras.
Investigaciones posteriores comprobaron que el atentado fue organizado por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta chilena, con la colaboración de agentes cubanos anticastristas radicados en Estados Unidos.
El impacto del crimen fue inmediato y tensó las relaciones entre Chile y Estados Unidos. El FBI investigó el caso y, tras años de procesos judiciales, se logró condenar a varios de los responsables, entre ellos Manuel Contreras, jefe de la DINA.
