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La Pascua de 2025 fue, sin saberlo, la última Semana Santa del pontífice, quien dejó un importante legado reformista en la Iglesia Católica.
El Papa Francisco falleció el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 a.m. en Roma, según informó el Vaticano.
El deceso del sumo pontífice fue anunciado por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, quien comunicó que "el obispo de Roma, Francisco, volvió a la casa del Padre".
"Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados", anunció Farrel.
Y continúo: "Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno y trino".
Su última aparición pública tuvo lugar el domingo 20 de abril, durante la misa de Pascua en la Plaza de San Pedro. Aunque visiblemente debilitado y en silla de ruedas, participó desde el balcón central de la basílica, pronunciando la tradicional bendición "Urbi et Orbi".
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En su mensaje, hizo un llamado a la paz y a la libertad religiosa, destacando que "no puede haber paz sin libertad religiosa y respeto por las opiniones de los demás".
Durante su discurso, el Papa instó a los líderes políticos a no sucumbir ante "la lógica del miedo que aísla" y los exhortó a utilizar los recursos públicos para asistir a los más vulnerables.También se refirió a los conflictos bélicos en curso, especialmente al drama humanitario en Gaza, reclamando un cese del fuego, la liberación de los rehenes y el envío urgente de ayuda humanitaria. Su tono fue grave, directo y profundamente humano, fiel a su estilo pastoral y político.
Días antes, Francisco había retomado algunas actividades, incluyendo una emotiva visita a una cárcel en Roma. Su última Semana Santa estuvo marcada por la debilidad física, pero también por una profunda espiritualidad y compromiso con los más necesitados.
La Pascua de 2025 fue, sin saberlo, la última Semana Santa del pontífice, quien dejó un importante legado reformista en la Iglesia Católica.
