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Mayor exposición al sol y un cambio en las rutinas pueden poner en jaque el bienestar. Desde prevenir la deshidratación y proteger la piel hasta cuidar los pies, existen varias recomendaciones para enfrentar el calor de manera saludable.
El verano trae consigo altas temperaturas, mayor exposición al sol y un cambio en las rutinas diarias que puede tener consecuencias significativas en nuestra salud si no tomamos las precauciones necesarias. Este domingo comenzó diciembre y según los pronósticos, durante la primera semana del último mes del año el calor y las jornadas con calor continuarán, especialmente en las comunas de la zona central del país.
En este escenario, uno de los riesgos más comunes es la deshidratación, que ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, afectando funciones esenciales y causando síntomas como fatiga, mareos o incluso golpes de calor. Además, la radiación ultravioleta alcanza sus niveles más altos, aumentando el riesgo de quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y, en el peor de los casos, cáncer de piel.
Otro aspecto crítico es el impacto del calor en la salud cardiovascular, especialmente para quienes tienen condiciones preexistentes como hipertensión o enfermedades cardíacas. El exceso de sudoración también puede provocar desequilibrios en los niveles de minerales esenciales como el sodio y el potasio, afectando músculos y nervios.
Por otro lado, los pies, a menudo olvidados, son particularmente vulnerables: el uso de calzado inadecuado, combinado con el calor y la humedad, puede dar lugar a infecciones por hongos, ampollas y otras molestias. Por eso, el verano no solo es un llamado a disfrutar, sino también a proteger nuestra salud de manera integral.
CÓMO CUIDARNOS
El verano es sinónimo de días más largos, temperaturas altas y una invitación a disfrutar del aire libre. Sin embargo, esta temporada también trae consigo desafíos para nuestro cuerpo, y no necesariamente tiene que ver con insolaciones o problemas a la piel.
Nuestros pies, que enfrentan el calor, la humedad y el impacto de largas caminatas o actividades al sol sufren de sobremanera en estas fechas, por lo que elegir el calzado adecuado no solo es una cuestión de comodidad, sino también de bienestar y estilo.
Durante los meses cálidos, los pies necesitan mantenerse frescos para evitar problemas como hinchazón, sudoración excesiva o rozaduras. En este contexto, el calzado abierto y transpirable se convierte en un aliado imprescindible. Además de brindar comodidad, opciones como las sandalias plataforma permiten combinar diseño y funcionalidad, adaptándose tanto a jornadas relajadas en la playa como a eventos sociales más formales.
La clave está en elegir materiales de calidad que favorezcan la ventilación y el soporte, garantizando que el pie se mantenga cómodo y seguro. Al optar por un diseño versátil, es posible encontrar modelos que se adapten tanto a un paseo casual como a una salida elegante, sin sacrificar la salud podal.
Al mismo tiempo, con la llegada de las celebraciones de fin de año, como graduaciones, matrimonios y fiestas corporativas, los pies se convierten en protagonistas silenciosos. Elegir calzado adecuado para estas ocasiones no solo garantiza estilo, sino también bienestar. Las sandalias de fiesta, diseñadas con materiales ligeros y transpirables, son una alternativa para mantener la elegancia sin sacrificar la comodidad. Además, su diseño abierto ayuda a prevenir problemas comunes del verano, como la sudoración excesiva y las ampollas, ofreciendo soporte y frescura durante largas jornadas de baile o eventos sociales.
AUTOCUIDADO
Para prevenir la deshidratación, es fundamental mantener una hidratación adecuada durante todo el día. Se recomienda consumir al menos 2 litros de agua diarios, aumentando la cantidad si se realizan actividades al aire libre o en ambientes calurosos.
También es útil incorporar alimentos ricos en agua, como frutas y verduras frescas, y evitar bebidas azucaradas o con cafeína, que pueden contribuir a la deshidratación. Llevar siempre una botella de agua reutilizable ayuda a crear el hábito de hidratarse regularmente, incluso cuando se está fuera de casa.
La protección contra la radiación ultravioleta es otro pilar esencial durante el verano. Aplicar protector solar con un factor de al menos 30 cada dos horas, usar ropa ligera pero de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas con filtro UV son medidas clave para proteger la piel y los ojos. Asimismo, se debe evitar la exposición directa al sol entre las 10:00 y las 16:00 horas, cuando la radiación es más intensa.
Estas prácticas no solo previenen quemaduras, sino también daños a largo plazo, como el envejecimiento prematuro y el riesgo de cáncer de piel.
Para cuidar la salud cardiovascular y mantener el equilibrio de minerales esenciales, es importante adoptar medidas preventivas. Incluir bebidas isotónicas o soluciones de electrolitos puede ser útil en días muy calurosos o tras actividades físicas intensas, mientras que el consumo de alimentos ricos en potasio y magnesio, como plátanos, nueces y espinacas, ayuda a reponer los niveles necesarios.
También es esencial evitar esfuerzos físicos intensos durante las horas de mayor calor y buscar espacios frescos o con ventilación adecuada para reducir el estrés térmico en el organismo.
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Ministerio Público concluyó en que la víctima falleció de asfixia por inmersión en un accidente.
Mayor exposición al sol y un cambio en las rutinas pueden poner en jaque el bienestar. Desde prevenir la deshidratación y proteger la piel hasta cuidar los pies, existen varias recomendaciones para enfrentar el calor de manera saludable.