¿Por qué en otros países avanzan las legislaciones en materias de protección de exposición temprana a internet de niños y niñas, y en Chile "duermen" los proyectos?

Ayer apareció en prensa escrita española que a las legislaciones acerca de la regulación a exposición de niño/as a internet que ya existían, se ha presentado una nueva iniciativa, vinculada con las nuevas investigaciones al respecto. Estas tenderían a incrementar la edad en que los adolescentes que acceden a plataformas propias, con consentimiento de sus adultos responsables, pasando de 14 a 16 años.

Es triste recibir estas noticias desde otro país, en el cual el promedio de acceso de niños y niñas a un celular con internet es incluso mayor que en Chile, que como he mencionado en columnas anteriores, es de 8 pequeños años. La verdad es que se han presentado varios anteproyectos y proyectos de ley, los cuales no han prosperado. Esto es absolutamente inexplicable para quienes venimos observando el tema hace años.

Da desesperanza pensar que nuestras autoridades aún no le toman el peso a la complejidad del tema, y el daño que se está haciendo al no tener legislaciones de algún tipo que contribuyan a la sensibilización y toma de consciencia en los y las cuidadores de niños, niñas y adolescentes, acerca de la relevancia de su rol activo en estas materias.

Por otra parte, ¿qué mensaje se está emitiendo a las personas al no priorizar estas acciones contingentes? Eso es lo más grave a mi juicio, ya que se deslegitima la preocupación que tenemos muchos y muchas acerca de este tema y legitima los discursos que piensan que "es una exageración", "que da lo mismo darle a un lactante o a un bebé en coche una pantalla para que se calme", "que son decisiones familiares", frases que tristemente he escuchado estas últimas semanas, versus opiniones de docentes acerca de los "desregulados que están los niños y niñas" (en clases de educación inicial)", "lo que cuesta hacer clases ahora" (en media, ya que no "sueltan el celular y sino desafían , ya que me señalan que sus familias lo apoyan y que es un derecho del niño").

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Todo esto es muy desalentador, ya que, por una parte, no sólo dañamos la función reflexiva, la empatía, la socialización y generamos niños y niñas, futuros adultos, más individualistas que lo que somos ahora; sino que normalizamos discursos errados: no olvide que la Convención de los Derechos del Niño incluye la necesaria regulación adulta en la tecnología de parte de los cuidadores principales en su artículo 25.

De esta forma, en esta ocasión sólo quiero expresar mi creciente preocupación acerca del tema y lo necesario que resulta ponerlo en la "agenda país". Parece que nuestra sociedad chilena sigue y seguirá siempre adulto céntrica, sin dar prioridad a la infancia y la relevancia de esta etapa del desarrollo en la vida de los seres humanos.

Menos aún se vislumbra relevante el desarrollo de la capacidad reflexiva y la capacidad crítica de niños y niñas, quienes acceden libremente a diversas plataformas, con contenidos que no son regulados por ningún adulto, ya que obviamente el infante ve lo chistoso y entretenido sin parar (¡sólo no se detiene la secreción de dopamina!).  Además de exponerse a mayormente a vivir ciberacoso, grooming o sexting, entre varias otros problemas.

Tristemente se vuelve a cargar a "la familia", y "el colegio", en materias en las cuales es absolutamente urgente tener directrices fundamentadas acerca de estas temáticas, o al menos, ponerlas a discutir... si realmente queremos generaciones futuras que piensen un mejor país.

¡Por una infancia y adolescencia más saludable!