Tras brutal asesinato de carabineros: Presidente Boric confirmó a General Yañez en su puesto
El mandatario llegó este sábado a la región del Biobío, tras el terrorífico crimen en contra de tres efectivos de Carabineros en Cañete.
Dada mi preocupación creciente como madre, profesional, psicóloga e investigadora en la temática de la relevancia de los niños, niñas y adolescentes de la regulación que hacemos los padres, madres y cuidadores principales con el uso de la tecnología desde éstos, siempre me llega información de amigo/as o conocido/as sobre la temática, ya sea de experiencias personales, artículos o prensa.
Esta semana, una querida y admirada colega, me comenta que vio en la calle una madre dando lactancia materna a un bebé de cerca de un año, mientras éste miraba celular. Ella quedó impactada por la escena, procediendo a comunicarle lo nocivo de esta práctica y recibió de parte de esta madre una crítica de insultos y un comentario muy curioso: “esto le gusta a mi bebé, no te metas”.
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Entonces esta semana compartiré con ustedes algunas reflexiones que podemos hacer a partir de esta escena, partiendo, como siempre por aspectos positivos, que siempre existen. Lo primero, es que esta madre se está dando el tiempo de dar lactancia materna a su bebé, sabiendo todos los beneficios que esto conlleva. Lo segundo, es empatizar con ella, sin juzgar, sino psicoeducar, ya que no sabemos su contexto (puede que esté criando sola, como muchas mujeres de nuestro país y el mundo o que no tenga recursos suficientes para recibir información, entre otras).
Como aspectos por mejorar, es muy relevante señalar que el apego se construye sobre todo en los primeros años de vida de cada ser humano y que éste requiere de contacto “real” y atención a las necesidades del bebé, quien a pesar de su corta edad, probablemente tenga dificultades en sentir que su madre es “una base y un puerto seguro” de exploración del mundo. Si requiere de un dispositivo tecnológico para desarrollar esta función... es como si el pecho de la madre no bastara.
Por otra parte, está comprobado que frente a una pantalla no podemos competir, dada la estimulación que produce. Desde este lugar, especialistas en Chile como la Dra. Amanda Céspedes sugieren no otorgar estos medios tecnológicos a menores de 5 años. Otras pespectivas hablan de 2 años, pero un bebé, no por favor. Esto por varias razones, siendo las más relevantes la importancia de relacionarse con otras persionas y experiencias reales (no aparatos tecnológicos) para generar co construcciones del mundo y de sí mismos, aprender a mentalizar, desarrollar la función reflexiva, la regulación emocional, el lenguaje, la empatía... entre muchas otras. En este contexto, si quien lee esto, tiene un bebé a cargo, por favor no sienta que es una gracia que le guste las pantallas, ya que es obvio y sólo le generará adicción... piense que muchas veces ni los adultos podemos controlarnos con el uso de éstas, menos los bebés entonces. Además, el bebé recién está creciendo, descubriendo sus gustos, entonces aún no tiene certezas y los adultos somos los que mediamos estos aprendizajes.
Por último, si estamos haciendo más de una acción a la vez, sólo generamos cada vez un mundo más vertigionoso, menos reflexivo y que da menos cabida a la calma y a relevar las acciones que son de suma importancia para la salud mental presente y futura de nuestros bebés, futuros adultos del país. Está más que estudiado que el apego seguro, que se desarrolla de sobremanera en la temprana infancia, promueve una mejor salud mental en la infancia y en el desarrollo adulto.
Los y las invito entonces a atreverse a cuestionar estas acciones sí las observa, aportando a la psicoeducación, desde el buen trato. Los terceros somos observadores que DEBEMOS aportar, ya sea para dar información o felicitar las buenas prácticas, que también existen y agradecida si las comparten!
