Las vecinas y vecinos están en alerta ante la aprobación de nuevos megaproyectos inmobiliarios que afectarían valiosos sectores naturales de la comuna como los bosques de Punta Fraile o La Candelaria.
El pasado 17 de diciembre, vecinas y vecinos de Algarrobo convocaron a una marcha ciudadana bajo el lema "No queremos ser Concón", para alertar sobre la expansión inmobiliaria que los afecta y el daño al medioambiente que provocaría la aprobación de nuevas edificaciones en la comuna.
En la manifestación que se inició en la playa Las Cadenas y concluyó en la península de Algarrobo conocida como Punta Fraile, La Puntilla o Pillan Wechun se vieron pancartas donde se denunciaban los peligros que enfrenta la construcción de edificios en zonas de riesgo y en valiosos espacios naturales de Algarrobo.
"Este año ha sido bien especial con respecto a las catástrofes naturales y hemos podido ver en todo Chile como la naturaleza de a poco ha ido recuperando lo suyo", señaló Paula, una de las manifestantes, aludiendo a lo sucedido con el socavón de Concón y las inundaciones de edificios que se construyeron sobre un humedal en Los Molles.
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"El proceso de las inmobiliarias en todo el litoral han constituido un desastre y donde los tribunales no acuerdan hacer estudios de impacto ambiental para poder construir torres en calles que son absolutamente colapsadas, no solo en el verano sino en cualquier fin de semana largo" denunció Manuel, quien marchó junto a la columna que era observada por los turistas que pasaban las Fiestas Patrias en Algarrobo.
La preocupación de vecinas y vecinos se debe a que la Dirección de Obras Municipales de Algarrobo tiene en carpeta aprobar una serie de megaproyectos inmobiliarios, donde figura uno en el sector de Punta Fraile, con ocho torres, 28 casas y 324 departamentos; y otro en el sector de La Candelaria, con cuatro torres de 13 pisos y 290 departamentos. Ambos proyectos suman más de mil estacionamientos privados.
A ello se suman otros megaproyectos que ya fueron aprobados y que se han judicializado, como Barlovento con una torre de 18 pisos, 123 departamentos, un centro comercial y un supermercado que se pretende levantar sobre el céntrico ex Hotel Pacífico o El Rabanal de inmobiliaria Costa del Sol que suma 420 departamentos en Algarrobo Norte.
Mientras marchaba, Cristal apuntó a que “ya no se puede transitar en Algarrobo con toda esa cantidad de gente que no va a tener ni colegios, ni alcantarillado que haga realmente el tratamiento de las aguas como corresponde y no la tiren al mar como está siendo hasta ahora”.
Por su parte, Bernardo -que se sumó a la marcha en su bicicleta- señaló que "la pregunta que cada uno debe responder es ¿queremos más inmobiliarias y construcciones? ¿queremos botar bosques y dañar quebradas? Eso es lo que debemos responder cada uno de nosotros y ojalá nos inclinemos por la naturaleza".
Mientras la comunidad se mantendrá alerta ante las futuras decisiones municipales sobre los proyectos inmobiliarios, Liliana -quien contó que reside en la comuna hace 15 años- manifestó que en Algarrobo "no se dan las condiciones para traer más edificios y concreto. Destruir la naturaleza no es lo que corresponde. Lo lógico es cuidar la naturaleza. No destruirla".
