La educación pública es una deuda que tiene el Estado para con los chilenos, deuda que se viene arrastrando desde la dictadura donde Augusto Pinochet, impulsó la educación como un bien privado en pro a la economía del país.
La transformación histórica, social, política y cultural que generó el Golpe de Estado en Chile difícilmente se podrá dimensionar, ya que su herencia es un estado permanente entre generaciones, donde sus daños se convierten en un sello del desarrollo país, siendo muchas veces, sus efectos colaterales los que se vuelven infinitos, pero nunca aceptables.
Uno de esos legados es la educación pública. Durante la Dictadura Militar, 136 docentes fueron asesinados, otros miles fueron exonerados, exiliados, perseguidos y torturados, una violencia que no solo fue a los docentes, sino que también se convirtió en una puñalada para la educación pública, esa que prometía un futuro ostentoso y esperanzador.
Adiós a las Escuelas Normales, las que habían sido testigo de la formación de los profesores y profesoras de Chile, se dio paso a la deuda histórica que hasta hoy es deuda, dejando un legado con recuerdos no deseados, para los profesores de la época.
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Pinochet y su equipo de economistas, comenzaron a orientar la educación por el camino de lo privado, y así poder favoreces "la economía" y el negocio, en este genocidio de la educación pública, nace el lucro dejando de actor secundario al derecho a la educación.
Sin dudas la herencia pinochetista en la esfera de la educación, se han cultivado en el tiempo siendo padecidos por los profesores y alumnos del país que, de manera indirecta, son parte hasta hoy de la represión que impulsó Pinochet. Es por esto que la lucha por una educación pública, digna y de calidad permanece en el tiempo y ha traspasado generaciones.
Para muchos puede ser un tema solo de entregar educación de calidad, para otros es terminar con las transformaciones estructurales de un periodo que manchó la historia y desarrollo de Chile, el que marca la continuidad de un legado que muchos, por no decir la mayoría, quiere cortar.
En el marco de los 50 años del Golpe Militar, el Consorcio de Universidades Estatales de Chile (CUECH), ha llevado esta arista a la conversación y al debate para crear conciencia y así generar un vínculo con la ciudadanía para fortalecer la lucha para con una educación pública de calidad y pluralista.
Es por esto que en el inicio de sus actividades al que asistió el Presidente Gabriel Boric, se recalcó el compromiso de restablecer la educación pública en el país, para que vuelva a tener el prestigio e importancia que alguna vez logró.
"Vamos toda la ciudadanía a reflexionar sobre este hecho de una manera pluralista, nos preocupa que reflexionemos ya que ese hecho modificó el sistema educacional de nuestro país y también reflexionar las violaciones a los Derechos Humanos", sostuvo Osvaldo Corrales, Presidente del Consorcio.
El CUECH, presentó una normativa al Consejo Constitucional la que fue bien recibida por la ciudadanía ya que se convirtió en las 4 con mayor votación. La iniciativa de norma apunta a recuperar la educación pública, esa que Chile perdió de la mano de Augusto Pinochet.
"los países que crecen con igualdad de oportunidades tienen sistemas robustos de educación pública y en Chile no podemos retroceder en este campo" agregando que "estamos proponiendo es modificar el texto que han propuesto en materia de derecho a la educación, estableciendo explícitamente a través del texto constitucional, la obligación del Estado de promover una educación público, gratuito, laico, inclusivo y de calidad", explicó Corrales.
