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Desde el 16 de octubre del 2022 hasta la fecha, la Escuela Especial San Alberto Hurtado, ha sido asaltada por delincuentes en cinco ocasiones. El recinto ubicado en Libertad 35, en pleno barrio Yungay de Santiago, es parte de la Corporación para la Inclusión de Personas con Discapacidad Visual y Sordociegas (CIDEVI).
Es así como en el Centro, cerca de 30 alumnos de bajos recursos reciben clases de profesores especializados en problemas visuales, auditivos y lenguaje. Además cuentan con psicólogo y terapeutas ocupacionales que brindan tanto educación inclusiva como rehabilitación. CIDEVI no solo se preocupa por menores de edad sino también por adultos.
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[caption id="attachment_74836" align="aligncenter" width="1200"] Escuela Especial San Alberto Hurtado[/caption]
La escuela que lleva 13 años de funcionamiento en un lugar histórico de la capital, se encuentra a pasos de dónde vive el Presidente Gabriel Boric, pero la anhelada seguridad esperada por vecinos del lugar, no ha llegado aún.
“La primera vez que entraron a robar, lo hicieron rompiendo la puerta de la sala de profesores. En ese entonces, se llevaron dos computadores, café, azúcar y varios materiales que son esenciales para impartir clases”, recuerda frustrada Carolyn Sánchez, Directora Ejecutiva de CIDEVI.
Carolyn afirma haber hecho cinco denuncias (una por cada robo) en Carabineros pero que aquello no ha tenido incidencia alguna, en términos, de vigilancia y de seguridad. “Me da mucha pena esta situación que estamos viviendo porque nosotros trabajamos por la inclusión. Es una hermosa labor. No nos merecemos esto”, se lamenta.
El último millonario robo
El último atraco que se realizó en la Escuela Especial San Alberto Hurtado ocurrió el pasado viernes 27 de enero, lo cual pone en jaque el inicio de actividades de la escuela para este mes de marzo.
“No sé qué haremos ahora porque se llevaron herramientas para los talleres laborales, los galones de gas, microondas, ollas, entre otros materiales. Ya hemos invertido cerca de 3 millones de pesos en rejas y fierros de protección. Súmale que no ponemos poner televigilancia porque la cobertura de WIFI en el sector es muy mala, por ende, ni siquiera podríamos monitorearlas”, sentencia la también profesora de educación diferencial quien trabaja en CIDEVI desde hace 28 años.
Sánchez afirma que para este último robo que sucedió durante la madrugada, Carabineros, recién llegó al mediodía a revisar la situación. “Yo sé que la culpa no es de ellos. Se nota que están sobrepasados. Pero no se puede esperar tanto. Yo no puedo entrar sola porque podría haber alguien adentro”, asegura y además añade que no solo se trata de robos sino que también de actos de vandalismo como el acto de dejar los baños de la escuela llena de excremento.
“Me angustia mucho saber que viene marzo y seguimos igual. Seguramente tendremos que hacer una campaña para poder recuperar todo lo robado. Estos delincuentes son del sector, pero la gente tiene miedo hablar de ello porque si son capaces de hacer este daño a personas en situación de discapacidad, no tienen escrúpulos. Esta situación nos tiene muy limitados con nuestra labor. Hemos pedido audiencia en la municipalidad y con autoridades pero nadie nos responde. No queremos que los chicos dejen de venir por temas de seguridad. Queremos ayuda y vigilancia”, concluye resignada.
