No puedo partir esta columna, sin agradecer al diario La Hora por darme la posibilidad de volver a escribir sobre la cajita mágica.
Lo primero que me viene a mi cabeza cuadrada, es que la televisión está afuera, el mejor ejemplo son las sobremesas, hoy los libretos de los hogares son: ¿viste eso?, me contaron qué, supiste lo que pasó en X canal o ¿es cierto que echaron a tal o cual persona?...
Esto es lo que está pasando hoy en los canales generalistas, antiguamente hablábamos de un total de 90 % de televisores encendidos y gozábamos de rating de 40 puntos. Sin embargo, hoy con 50% de televisores encendidos y con 13 puntos de peak se sienten que están consiguiendo un gran éxito. ¿La televisión va a morir? Mi respuesta es tajante y clara, la televisión abierta nunca va a morir, al igual que los malos augurios al mundo de las radios que en algún momento se auto destruirían y hoy día vemos que están más vivas que nunca.
Síguenos en: 
¿Qué pasa? La radio y la televisión están viviendo en mundos paralelos, él de la multiplataformas y es ahí donde repercuten las grandes noticias y muchas veces las anécdotas.
Analizar la televisión de hoy es muchísimo más complejo que hace 15 años cuando empecé a escribir sobre el doceavo arte.
En la comida de año nuevo los chilenos ya no verán los fuegos de artificio, lo más comentado será lo buena o mala que es una serie x de Netflix, ¿supiste que echaron al periodista histórico de x canal? Es ahí donde hay que saber y poner en contexto los éxitos y los fracasos del año 2022.
Si nos vamos al mundo de los rostros, siguen llevando la delantera los mismos talentosos y trabajadores de siempre. Aquí no existe la suerte señores, aquí el que trabaja más, es el que gana. Me refiero sin duda a Julio Cesar Rodríguez y Rodrigo Sepúlveda.
Los departamentos de prensa se transformaron en equipos de periodistas deportivos.
Éste fue un año donde se vivió la fiesta y ésta fiesta se llamó Qatar 2022, es en ese mundo donde gana Claudio Palma y Schiappacasse, donde se agradecen los enviados especiales. Me gustó el trabajo de Roberto Cox preparado, mateo, al parecer no es del agrado de sus colegas, pero lo destaco. Recuerden, el más trabajador gana y este joven periodista le gusta la pega y se le nota. Me gustaste Cox.
Este año se vio más televisión argentina que nunca. ¿Qué pasa con el periodismo deportivo argentino?
Si, son fanáticos y eso es lo que más me gusta. Me gusta cuando se produce un silencio terrorífico con el segundo gol de Mbappé, me gusta cuando le gritan al árbitro “nos estás robando!!!” ese es el fanatismo Argentino, que le gusta al televidente de hoy, nadie lo declara pero es ejemplo nítido de un placer culpable. La final del mundial, fue una montaña rusa y relatada por fanáticos, tanto se le criticó a Solabarrieta su fanatismo descontrolado, sin embargo, todos nos acordamos del estoy llorando. Si esto lo extrapolamos al mundo de los matinales, hay matinales que están vivos y matinales que están muertos. Los matinales vivos, Chilevisión y Mega.
Lo de TVN es extraño por decir lo menos, no entiendo a TVN, comprendo que es el canal casi público, pero con financiamiento de un canal casi privado, ¿se entiende que sacar 2 puntos de rating en las mañanas es muy malo? ¿Qué pasará por esas cabezas de los ejecutivos, no creerán en el People Meter? ¿Creerán que hacer televisión para algunos pocos es más cool o interpretan que lo educativo es igual a baja sintonía? ¿O creerán que haciendo televisión para las minorías cumplen un rol cultural?
Lo de TVN lo encuentro extraño, ¿No tendrán el rating on line en los switchs?
De este año sin duda lo más extraño es TVN, siguiendo con las cosas raras de este año, el término de Me late, programa que triplicaba la sintonía de TV MAS, lo declararon por terminado, justo en el mejor momento de sus rostros un equipo afiatado con los mejores momentos de cada uno de sus panelistas, un lúcido Sergio Rojas con su neo personaje, con una Pamela Díaz desde un lugar muy cómodo para ella, lo de TV MAS fue extraño. A que versión creerle del término de un programa tan exitoso como ME LATE. A eso me refiero con que la televisión de hoy se vive desde afuera, lo más interesante era saber porque terminó el programa. Siguiendo con el surrealismo, ¿A alguien le importa el programa que lo reemplazó?
Hay que reconocer que el 2022 no será un año para decir que se hizo la mejor televisión abierta, ni grandes programas, ni grandes hallazgos de talentos, me cuesta recordar un año más deslavado que éste. Si tengo que encontrar un título para esta columna, ya se me olvidó.
Este año se recordará por las 3.000 denuncias a Mónica Pérez, por lo escándalos de los Valdivia-Aránguiz, por el término del programa ME LATE, si se recordará por los programas satélites del mundo paralelo de las redes Sociales, nos acordaremos de LA JUNTA, LOS SOCIOS, los live de la Ceci Gutiérrez, los de Valencia y Rojas, UN AÑO DESLAVADO. Queridos ex colegas, pónganse las pilas, si no Instagram se transformará en nuestra televisión abierta pero de bolsillo.
