Para nadie es una novedad que durante los días de verano los autos se vuelven verdaderos hornos. Y es que al dejarlos estacionados con temperaturas sobre los 30 grados, nadie quiere ser el primero en subirse.
Pero hacer funcionar el aire acondicionado al máximo con tan solo entrar al auto no es la opción más aconsejable, ya que el cambio brusco de temperatura podría llegar a romper el parabrisas (sí, el peor escenario), por lo que la baja de temperatura debe ser más progresiva.
Así, los expertos recomiendan tomarse el tiempo, abrir las ventanas, dejar que pasen algunos minutos y luego iniciar con el aire acondicionado que debe ir bajando de temperatura el vehículo progresivamente.
Pero el calor no solo afecta al vehículo, también a los conductores. Y es que estudios internacionales señalan que el calor puede ser tan negativo para la conducción como haber ingerido alcohol o conducir con sueño. Se dice que un habitáculo a más de 30°C puede hacer que se aumente un 22% el tiempo de reacción del conductor, además de elevar en 20% el riesgo de cometer errores, cifras que solo suben conforme se incrementa la temperatura.
Volviendo al auto, en estos días de calor es importante chequear el nivel del líquido refrigerante ya que el circuito de refrigeración trabajará de manera más ardua por estos días. También hay que chequear el aceite, que a partir de los 40 grados en el exterior se evapora más rápido.
Los neumáticos también deben ser revisados con frecuencia, ya que el calor los dilata y los hace más propensos a pinchazos, así que es bueno revisar periódicamente que estén inflados según la recomendación del fabricante. Ojo que esto hay que hacerlo idealmente con los neumáticos fríos, ya que las mediciones se pueden ver alteradas (antes de iniciar la marcha es un excelente momento).
Finalmente, también es bueno chequear el estado de la batería, ya que el uso constante e intensivo del sistema de aire acondicionado o climatización, puede derivar en un desgaste prematuro de este elemento.
¿Y por fuera? Mantener el auto libre de suciedad y tratar de encerarlo habitualmente protegerá la pintura de los rayos solares y la descoloración.