Cuando se entierre el cuerpo del Papa Francisco en la Basílica de Santa María Mayor, mañana sábado 26 de abril, habrán pasado cinco días desde que se produjo el fallecimiento del Pontífice, y recién hoy se cerro el ataúd del religioso.
Para garantizar que el cuerpo se conserve con las adecuadas medidas de higiene y seguridad durante este largo período, se le ha sometido a un tratamiento denominado tanatopraxia.
¿En qué consiste?
Es un procedimiento por el cual se inyecta en el sistema sanguíneo de un producto denominado Fluytan para la conservación de fluidos.
El uso de la tanatopraxia hunde sus raíces en una larga tradición de la Iglesia Católica. Durante siglos, de hecho, los papas han sido sometidos a un tratamiento conservador, tanto por razones espirituales como por necesidades prácticas relacionadas con la veneración pública y la duración de las ceremonias funerarias.
En el pasado se recurría al embalsamamiento, una técnica más invasiva que implicaba la extracción de órganos internos y el uso de sustancias como el formol y el alcohol. Con el tiempo, sin embargo, se prestó más atención a la dignidad del cuerpo humano, lo que llevó a la Iglesia a adoptar métodos más discretos y respetuosos, como la tanatopraxia.
El tratamiento al que se ha sometido el Papa Francisco se llevó a cabo siguiendo protocolos estrictos, en cumplimiento de la normativa italiana y vaticana, evitando el uso de técnicas invasivas y garantizando la preservación de las características estéticas del rostro.
Pelé y Pavarotti
Cabe mencionar que el mencionado tratamiento no es exclusivo para despedir a un Papa fallecido, sino que por ejemplo también se ha aplicado figuras de alto reconocimiento mundial como el futbolista Pelé y el tenor Luciano Pavarotti.