Fin del invierno: alertan temporada de altas temperaturas y condiciones peligrosas para la piel
Expertos advierten sobre los riesgos que estas condiciones representan para el cuerpo de las personas.
Expertos advierten sobre los riesgos que estas condiciones representan para el cuerpo de las personas.
El invierno comienza a llegar a su fin y con él se abre paso la primavera, antesala de un verano que se proyecta extremo en gran parte del territorio chileno. Con días más largos, más exposición solar y temperaturas que superarán los promedios históricos, la próxima temporada traerá consigo no solo oportunidades para disfrutar al aire libre, sino también riesgos elevados para la salud de la piel.
Diversos reportes meteorológicos advierten que la temporada primavera-verano 2026 estará marcada por jornadas muy cálidas y un déficit importante de precipitaciones, lo que acentuará la sequedad ambiental. La combinación de altas temperaturas y baja humedad crea condiciones más agresivas tanto para el entorno como para las personas.
El fenómeno de La Niña débil no sería suficiente para suavizar el clima, por lo que se espera que las olas de calor se repitan con fuerza. Zonas del centro y sur de Chile podrían experimentar episodios de hasta 36 °C, mientras que en regiones más extremas no se descartan temperaturas superiores a los 40 °C.
Consciente de esa necesidad, ISDIN lanza en Chile Ureadin Cream 10, una crema corporal que ofrece hidratación profunda, alivio inmediato y resultados visibles desde el primer uso.
Este escenario refuerza una tendencia de los últimos años: veranos cada vez más secos, calurosos y con riesgo elevado de incendios forestales. Sin embargo, más allá de los impactos ambientales, estas condiciones también afectan directamente a la piel, que se convierte en la primera barrera frente al sol, el calor y la falta de humedad.
La exposición prolongada a radiación ultravioleta y climas áridos genera deshidratación cutánea, envejecimiento prematuro y un mayor riesgo de patologías graves. La piel, que ya viene de meses de frío y sequedad invernal, enfrenta así un desafío doble de adaptación.
De acuerdo con cifras de la Sociedad Chilena de Dermatología, Chile es uno de los países con mayor incidencia de cáncer de piel en América Latina. Cada año se diagnostican más de 6.000 nuevos casos, de los cuales entre un 10 % y 15 % corresponden a melanomas, la forma más agresiva de esta enfermedad.
Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer reveló que los casos han aumentado de manera sostenida en la última década, con mayor concentración en la zona centro y sur del país, donde la población está más expuesta a la radiación UV sin protección adecuada.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido además que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártica sigue afectando a Chile, lo que incrementa la intensidad de la radiación ultravioleta en la zona austral. Esto convierte a la prevención en un imperativo de salud pública.
La mejor herramienta contra los efectos del sol y el calor extremo es la prevención temprana. Adoptar hábitos de autocuidado desde la primavera no solo protege la piel a corto plazo, sino que reduce de manera significativa el riesgo de enfermedades graves en el futuro.
Los especialistas recomiendan pensar el cuidado de la piel como una práctica diaria, no solo como una respuesta ocasional frente a la exposición solar. La constancia es clave para lograr resultados reales.
Entre las principales recomendaciones se encuentran:
También es importante complementar con medidas simples como el uso de gorros de ala ancha, lentes con filtro UV y ropa liviana pero protectora. Sumado a esto, mantener una alimentación rica en antioxidantes y vitaminas contribuye a reforzar las defensas naturales de la piel.
En este contexto de prevención, las tendencias internacionales también aportan nuevas herramientas para el cuidado de la piel. El skincare coreano —conocido como K-Beauty— ha revolucionado el concepto de rutina de belleza al poner la salud cutánea en el centro y no como un paso accesorio del maquillaje.
El skincare coreano se basa en la idea de prevenir, fortalecer la barrera cutánea y mantener la hidratación. A diferencia de las rutinas occidentales enfocadas en corregir, el K-Beauty apuesta por anticiparse al daño y construir una piel más resistente frente a factores como el sol y la contaminación.
Parte de este enfoque está en el uso de productos suaves, formulados con ingredientes naturales como centella asiática, mucina de caracol, arroz fermentado o propóleo, que ayudan a regenerar, calmar e hidratar. Esta cosmética ha demostrado ser ideal para climas extremos como el chileno, donde la piel se enfrenta tanto a frío seco en invierno como a sol intenso en verano.
El concepto de "piel de cristal" refleja este objetivo: una piel radiante, tersa y saludable como resultado de hábitos constantes. Para ello se incluyen pasos como limpieza profunda, tónicos equilibrantes, esencias, sueros, mascarillas y protector solar diario, elementos clave dentro de la cosmetica coreana.
El maquillaje coreano también se integra en esta filosofía, privilegiando la naturalidad y la ligereza. Productos como las cushion foundations con SPF, los tintes para labios y mejillas o las BB creams multifunción ofrecen cobertura ligera mientras hidratan y protegen del sol. Esto los convierte en aliados para un look fresco y seguro en jornadas calurosas.
Otro aspecto relevante es la textura de sus productos. Bases y correctores livianos permiten que la piel respire incluso en condiciones de calor intenso, evitando la obstrucción de poros y el malestar típico de maquillajes pesados.
La cosmetica coreana combina ciencia y tradición. Sus fórmulas resultan de años de investigación, pero también rescatan prácticas ancestrales, lo que entrega un equilibrio entre eficacia y bienestar sensorial. Aromas suaves, texturas agradables y rutinas relajantes forman parte de la experiencia.
En Chile, el K-Beauty ha encontrado terreno fértil. Cada vez más personas integran productos de skincare coreano y maquillaje coreano en su día a día, valorando su adaptabilidad a distintos tipos de piel y a climas variables. Además, la democratización de estos productos ha permitido acceder a opciones de alta calidad sin costos excesivos.
Más que una moda, el K-Beauty es hoy una filosofía de autocuidado consciente. En un escenario donde los veranos serán cada vez más calurosos y secos, la propuesta coreana se instala como un complemento perfecto para proteger, hidratar y mantener la piel sana frente a condiciones ambientales cada vez más desafiantes.
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