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Frank Madero, líder de El Símbolo, se sinceró en entrevista con La Hora y habló de la importancia que significa nuestro país para la banda, que se presentará este 17 de octubre en Club Chocolate.
El Símbolo fue uno de los grupos argentinos que marcó la banda sonora de toda una generación en los años 90. Con su propuesta de latin-pop bailable, cargada de ritmos pegajosos y cercanos al eurodance, lograron conquistar no solo al público trasandino, sino también a gran parte de América Latina.
Sus canciones, simples pero altamente contagiosas, se transformaron en himnos de fiestas y discotecas, logrando que su nombre quedara ligado a la efervescencia de aquella década en que la música bailable dominaba las pistas.
Uno de los hitos más recordados de su trayectoria fue su participación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en 1999, donde encendieron la Quinta Vergara con su estilo festivo y coreografías enérgicas.
Esa presentación terminó de consolidarlos en Chile, un país que hasta hoy sigue recordando sus éxitos en radios y celebraciones.
De hecho, este próximo 17 de octubre, el escenario de Club Chocolate se convertirá en una verdadera pista de baile con la presentación en vivo de El Símbolo. El show se enmarca dentro de la fiesta BROADWAY 90's 00's, una celebración imperdible para revivir la energía y los clásicos que marcaron a toda una generación.
La agrupación argentina traerá un espectáculo completo, cargado de ritmo y nostalgia, donde no faltarán sus grandes éxitos como "1, 2, 3", "Levantando las manos", "No te preocupes", "Que sí, que no" y muchos más. Un show que promete encender la pista y transportar a los asistentes a los mejores años del pop y el baile latino.
Es en ese contexto que el vocalista de El Símbolo, Frank Madero, en entrevista con La Hora, contó como se están preparando para este reencuentro con el público chileno, su vínculo inexorable con nuestro país y las ganas que tienen de volver al Festival de Viña del Mar, tras su debut en 1999 y su participación especial con Pedro Ruminot en 2020.
- ¿Cómo ha ido este 2025?
''La verdad es que muy bien. Yo siempre soy muy positivo, como mi música. Todos los años digo 'estoy en el mejor momento de mi vida', y a todo el mundo se lo digo.
- ¿Qué tal se viene el show del 17 de octubre en Club Chocolate?
''Es justamente para bailar, para divertirse, para volver a los 90. Siempre digo, no se pueden ir de este mundo sin antes haber bailado las coreos de El Símbolo con el original. Aparte, se juntan distintas generaciones (...) Chile es como mi segundo hogar''.
- ¿Qué lugar ocupa Chile en la historia de El Simbolo?
''Para mi, Chile es muy importante, no sólo en mi carrera, sino que a nivel personal. Chile me abrió las puertas, y nos abrió las puertas a Latinoamérica. Estoy eternamente agradecido (...) tengo un montón de amigos argentinos que se quedaron a vivir en el país, incluso. Es uno de los lugares donde más cómodo me siento, como que me tira el tema de ir a Chile''.
- En los años 90 y principios de los 2000, la banda fue protagonista absoluta de lo que es el Latin-Pop bailable, con hits que suenan hasta hoy en radios y fiestas... ¿cómo recuerdas esa época?
''Fue una locura (...) yo contaba la cantidad de aviones que me tomaba en un mes. Tengo muchos recuerdos lindos, todo pasaba tan rápido, y sin tener Internet...''.
- Para finalizar, ¿cómo recuerdas el paso de El Símbolo por Viña 1999 y si, eventualmente, como banda les gustaría volver a decir presente en ese escenario?
''Por supuesto. En Viña del Mar, en 99, tenía mucho miedo, estaba muy nervioso, pero todo terminó siendo una gran alegría. Aparte, conocer a otros artistas internacionales, yo recién empezaba, fue una locura, ver a todo ese monstruo cantando y bailando. Subimos en una plataforma, nos vemos enérgicos y todo, pero no tengo conciencia, se me borró, estaba tan concentrado y nervioso, no me acuerdo de ese primer momento''.
''Ojalá que podamos estar otra vez en el Festival de Viña del Mar. Si bien voy todos los años a cantar a diversos lugares, pero Viña es Viña, ojalá no pasen 20 años más''.
El legado de El Símbolo se sostiene en esa capacidad de crear un puente entre el pop latino y la corriente eurodance que arrasaba en Europa. Con temas que quedaron instalados en la memoria colectiva, demostraron que la música ligera y festiva también puede dejar huella.
A casi tres décadas de su auge, la vigencia de su repertorio es clara: todavía suenan en fiestas, celebraciones populares y playlists nostálgicas, convirtiéndolos en un verdadero ícono de la música bailable noventera en el continente. Y ahora, Chile se volverá a reencontrar con esas icónicas canciones que sonaron fuerte y dominaron las radios cuando, de cierta manera, todo parecía más sencillo en la vida.
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