50 años de Illapu: Desde la salud sexual, ¡Gracias por Sincero Positivo!

Sincero Positivo es una canción que habla abiertamente del virus de inmunodeficiencia humana, o VIH. Es tremendamente difícil explicar a las generaciones actuales lo rupturista que fue esta canción y su respectivo video.

Sólo para poner en perspectiva: se trataba de una época en que los rostros más creíbles de nuestra televisión salían en publicidades anunciando que el condón no prevenía el virus y que la única forma de cuidarse era la monogamia.

En que adquirir el VIH era sinónimo de tener una enfermedad contagiosa y mortal, además de un tremendo estigma. Enfermedad relegada, además, a personas marginadas y tremendamente culpabilizadas por haber adquirido el virus, “su estilo de vida explicaba el contagio”: homosexuales, trabajadores/as sexuales y (en otros países más que en Chile) usuarios/as de drogas endovenosas.

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Cero Positivo

En este contexto llega Illapu. Sincero positivo. Juego de palabras que transforma en virtudes la tan temida palabra "seropositivo", que hace alusión a una persona que vive con el VIH. Sincero por enfrentar lo difícil, positivo por hacerlo de manera optimista y propositiva.

“Ya no basta moralizar, ya no basta pontificar, porque para fin de siglo millones perecerán”. Tantas veces hemos vivido y sufrido intentos de moralizarnos y darnos valores ajenos, cuando la evidencia es enfática en demostrar que lo útil y necesario es información y herramientas para cuidarnos. Los valores son de cada persona, de cada familia, no son impuestos, uniformes ni obligados.

“De nada me sirve vendarme los ojos, de nada me sirve creer que es para otros”... fundamental reflexión. Porque múltiples encuestas muestran que muchas personas, sobre todo las más jóvenes, no usan condón porque sienten que las infecciones de transmisión sexual son un problema lejano, ajeno.

El tabú que las rodea hace que inicien su vida sexual sin saber que es algo que nos puede ocurrir a cada uno/a de nosotros/as.

“Y cerrar la puerta de nada me sirve, porque va creciendo el mal de fin de siglo”. Vino y pasó el fin de siglo, y millones enfermaron, murieron y siguen muriendo, justamente, porque elegimos cerrar la puerta. Cerrar los ojos. Alejarnos.

“Síndrome de muerte, cuido mis amores”, ante esta amenaza cuido lo que amo. Y en plural, sin asumir sólo una forma de amar. El video muestra personas de distintas razas, edades y tamaños, y también muestra parejas del mismo género besándose. “Libre y protegido”, “sincero positivo”.

“Nos malquiere y acecha el más duro enemigo”, enfermedad mortal y prácticamente sin tratamiento. “Al horror nos margina”. Al inicio de la pandemia de VIH, la mayor parte de los y las pacientes sufrían el abandono no sólo de sus familias, sino de su entorno completo y hasta del sistema de salud que debía brindar protección y acogida.

Hay múltiples relatos de pacientes hospitalizados que, incluso agonizando, recibían su bandeja de comida en el umbral de la puerta porque no había personal dispuesto a entrar en su habitación.

“Quiero que estés a mi lado, porque muchos me abandonarán”. Un anhelo, una petición. Una que algunos y algunas recogieron. No pasa así aún con la sociedad completa: seguimos conviviendo con el miedo injustificado de muchas personas a compartir con una persona que vive con VIH. Es claro también que, a nivel masivo, aún hay una falta de sobre la importancia de la educación sexual y la información sobre sexualidad placentera, positiva y segura.

Por eso mi escena más recordada del video de Sincero Positivo es el momento en que, con total naturalidad, una niña lanza al aire un preservativo que está inflado como un globo. Y por eso aplaudí con tanta fuerza cuando Roberto Márquez (voz principal de la banda) volvió a hacer un llamado a no olvidar el condón. Éramos más de 7.000 en el teatro Caupolicán el 2 de diciembre, celebrando los 50 años de Illapu: un momento directo, propositivo, sincero, positivo.

Dra. Andrea Von Hoveling, Directora de la Agrupación Ginecólogas Chile.