• 26 DIC DE 2024

La batalla secreta de las empresas por tener los datos de ubicación en tu teléfono móvil

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Nuestros teléfonos recopilan más que solo datos de contacto; también almacenan información de ubicación valiosa. Este dato es clave para el marketing y la personalización, pero plantea preocupaciones sobre privacidad y seguridad. ¿Cómo se está regulando su uso?

En la era digital actual, la privacidad de los datos personales se ha convertido en una preocupación central, especialmente con el creciente uso de dispositivos móviles. Los celulares, que almacenan desde nuestras conversaciones más privadas hasta información bancaria y datos de ubicación, son una fuente invaluable de datos que, en manos equivocadas, pueden comprometer nuestra seguridad y privacidad. 

Esta realidad ha llevado a que gobiernos, empresas y usuarios tomen medidas más rigurosas para proteger la información personal, subrayando la importancia de mantener nuestros datos seguros en un mundo cada vez más conectado.

Es probable que cada vez que instalas una nueva aplicación en tu teléfono móvil, te hayas encontrado con una ventana emergente solicitando acceso a tu ubicación. En aplicaciones de mapas, clima o tránsito, esta solicitud puede parecer justificada. Sin embargo, cuando se trata de juegos, redes sociales o herramientas de edición de fotos y videos, la petición resulta, cuanto menos, curiosa.

Hoy en día, los celulares han superado con creces su función original de comunicación, convirtiéndose en dispositivos equipados con sensores y tecnologías que recopilan y procesan constantemente información sobre nuestras vidas y hábitos. Entre los datos que más interesan a las empresas a nivel global, la ubicación se destaca como uno de los más solicitados. Pero, ¿por qué las empresas desean conocer nuestra ubicación? ¿Qué usos tienen para esta información? ¿Debería nuestra ubicación ser un dato privado o público? 

DATOS DE UBICACIÓN


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Cuando hablamos de datos de ubicación, nos referimos a la información que un teléfono móvil recopila para determinar la posición exacta del usuario en un momento dado. Tanto en dispositivos Android como iPhone, estos datos pueden incluir las coordenadas GPS, la conexión a redes Wi-Fi, la proximidad a antenas de telefonía y hasta la vinculación vía Bluetooth con otros dispositivos.

Por lo general, las aplicaciones solicitan permiso para acceder a estos datos, argumentando que es necesario para su correcto funcionamiento. Sin embargo, los usuarios suelen otorgar este permiso sin considerar las implicaciones de compartir su ubicación de manera continua.

Este dato es tan valioso para las empresas que, en muchos casos, no se conforman solo con los permisos otorgados por el usuario. A menudo, compran esta información a corredores de datos o a servicios de publicidad que la recopilan de manera exhaustiva, lista para ser utilizada.

CÓMO UTILIZAN ESTOS DATOS

El motivo por el cual muchas personas aceptan compartir su ubicación sin mayor preocupación es, por un lado, la creencia de que la app funcionará mejor y, por otro, la idea de que a pocas personas les importará conocer su ubicación exacta. Sin embargo, al otorgar este permiso, están proporcionando un dato de gran valor para las empresas y sus estrategias comerciales.

Uno de los principales objetivos es el marketing por ubicación, el cual se basa en enviar anuncios a personas que habiten o estén transitando por determinado sitio geográfico. ¿Cómo es esto? Supongamos que una tienda de Santiago ofrece un descuento en la compra del nuevo iPhone, pero la misma debe ser presencial y no hay chances de hacerlo online. De poco servirá realizar un anuncio que no sea para personas que habitan o frecuentan la tienda de Santiago.

La ubicación revela hábitos y comportamientos clave: lugares que frecuentas, rutas que tomas y momentos en los que estás más activo. Esta información permite a las empresas crear perfiles detallados, fidelizar clientes y personalizar experiencias, como ofrecerte un descuento en tu cadena favorita justo cuando estás cerca. Además, en transporte y logística, los datos de ubicación son esenciales para optimizar rutas, reducir tiempos de entrega y monitorear flotas, asegurando un servicio eficiente y adaptado a las necesidades de cada usuario.

LOS RIESGOS

Compartir nuestra ubicación puede parecer inofensivo, pero también plantea serios desafíos en cuanto a privacidad y seguridad. Aunque existen políticas de regulación, muchos usuarios se sienten incómodos sabiendo que su ubicación es rastreada en tiempo real y podría ser mal utilizada o comercializada sin su consentimiento.

 En un contexto de crecientes estafas online, el acceso indebido a estos datos podría facilitar el acecho o el robo de identidad. Para mitigar estos riesgos, en Europa se implementó el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), que exige a las empresas obtener el consentimiento claro de los usuarios y ser transparentes sobre el uso de los datos.

 Con la expansión de dispositivos inteligentes y redes 5G, la cantidad de datos de ubicación aumentará exponencialmente, abriendo nuevas oportunidades para las empresas, pero también impulsando la necesidad de regulaciones más estrictas para proteger la privacidad de los usuarios.